domingo, 10 de febrero de 2013

Exámen de las mamas.


Anatomía de la glándula mamaria.



La mama es un órgano par, considerada como glándula sudorípara rudimentaria, se localiza en la parte  anterior y superior del tórax , por delante de los músculos pectorales mayor y menor, en el plano superficial sus componentes anatómicos ocupan una extensión comprendida entre la segunda o tercera costilla hasta la sexta o séptima. En su plano profundo, dos tercios de su base circular descansan sobre la aponeurosis que cubre el músculo pectoral mayo, y parte superior de la vaina del recto abdominal, de los cuales esta eparada por la aponeurosis superficial que los cubre.

En el centro de la superficie anterior de la mama por lo general de forma más o menos convexa, se presenta una eminencia cilíndrica, el pezón, cuya localización en el hombre y en la mujer multípara corresponde aproximadamente al cuarto espacio intercostal.
Las mamas permanecen subdesarrolladas y rudimentarias en los hombres debido a la ausencia de estímulos hormonales, por el contrario en la mujer las dimensiones de las mamas varían de acuerdo a la edad, la masa corporal magra, el estado fisiológico (embarazo o lactancia) y la raza, pero sin duda la obesidad es el factor más importante para determinar las variaciones en forma, tamaño y densidad. Por otra parte comparadas
entre sí, también tienen distintas dimensiones, aceptándose que por lo general la mama izquierda es más grande que la derecha. En la clínica una mama grande, firme o densa representa un reto mayor para la detección de alteraciones en el examen físico y aún en el de gabinete.

CONSTITUCIÓN
La disposición de los elementos constitutivos de la mama puede comprenderse mejor si los consideramos como la superposición ordenada de varias capas de tejidos que de la superficie a la profundidad son:
1. piel. 
2. tejido celular subcutáneo.
3. tejido glandular,
4. una segunda capa de tejido celular (la capa celuloadiposa retromamaria).

1. La piel de la región mamaria presenta las mismas características que la de las regiones vecinas, excepto en su porción central donde se modifica para constituir la areola y el pezón. La areola es una región irregularmente circular de aproximadamente 15 a 25 mm de diámetro que rodea la base del pezón.
La piel de esta zona es fina, su coloración es más obscura con variaciones que dependen de la raza, esta área encierra glándulas sebáceas voluminosas diseminadas de un modo irregular y que resaltan de su superficie exterior en forma de pequeños gránulos denominados tubérculos de Morgagni, éstos durante la gestación se tornan más voluminosos y prominentes, llamándose entonces, tubérculos de Montgomery, que persistirán durante la lactancia. Emergiendo del centro de la areola como un gran cilindro de superficie irregular y rugosa se encuentra el pezón. Con una coloración similar a la areola, contiene en su vértice entre 15 a 20 orificios que son las desembocaduras de los conductos galactóforos.

2. El tejido subcutáneo o fascia superficial de la mama esta constituido por dos hojas de tejido celuloadiposo, una anterior y otra posterior con relación al tejido glandular. La anterior se extiende sobre toda la cara convexa de la glándula, excepto en el área correspondiente al pezón y la areola. La hoja posterior o profunda forma el denominado espacio retromamario por localizarse en la cara posterior de la mama.

3. El tejido glandular. Histológicamente, la glándula mamaria es una glándula túbulo alveolar constituida por lo general de 15 a 20 lóbulos (lóbulos mamarios) que constituyen las unidades estructurales básicas de la glándula. Cada uno de estos lóbulos es de hecho una glándula independiente que cuenta con su propio conducto excretor, los conductos galactóforos, cuyo número es por tanto equivalente al de lóbulos existentes. Los lóbulos y sus conductos galactóforos correspondientes están separados unos de otros por pequeñas y variables cantidades de tejido conjuntivo y grasa que forman los llamados tabiques interlobulares y que no son más que una extensión menos prominente de los ligamentos de Cooper. Cada lóbulo contiene un conjunto de unidades más pequeñas de forma ovoidea y estroma fibrocolagenoso, los lobulillos mamarios; los conductos galactóforos al penetrar al lóbulo se dividen en innumerables ramificaciones destinadas a cada uno de estos lobulillos tomando entonces el nombre de conductos interlobulillares. El conocimiento de la unidad histológica ducto lobular terminal ha venido a cambiar el concepto de las clasificaciones de los cánceres invasivos de mama que anteriormente basaron su denominación de ductales o lobulares en la creencia de que los carcinomas se originaban en los ductos o en los lóbulos; sin embargo ahora se sabe que ambos carcinomas se originan en la unidad ducto lobular terminal y por tanto la diferenciación anterior no es más la apropiada a pesar de que la costumbre haga permanecer esos términos.

4. El tejido glandular descansa sobre la cara anterior de la aponeurosis pectoral mayor y serrato anterior, de la que está separada por una capa de tejido celular que no es más que la hoja profunda o posterior del desdoblamiento de la fascia superficial y que forma el ya mencionado espacio retromamario.
Esta delgada capa adiposa se encuentra firmemente adherida a la cara posteriorde la glándula mamaria y separada de la fascia del plano muscular subyacente por una capa de tejido areolar membranoso, que permite que la glándula se deslice fácilmente sobre los músculos así como su rápida y relativamente avascular disección, estas propiedades desaparecen cuando un tumor maligno invade al pectoral mayor o su fascia.

Las lesiones mamarias son un reto para el clínico ya que al momento de detectarlas se debe realizar la confirmación diagnostica mediante estudio histopatológico, debido a que pueden existir lesiones benignas que presentan un comportamiento maligno en un momento determinado y pasar en forma inadvertida. De acuerdo a su naturaleza histológica las lesiones mamarias se clasifican en benignas y malignas.

Las lesiones benignas de la glándula mamaria son frecuentes y representan alrededor del 90% de las alteraciones vinculadas con la mama, estas comienzan a aparecer durante la segunda década de la vida y tienen un pico máximo en la cuarta y quinta década, lo contrario a las lesiones mamaria malignas, en las que su incidencia continúa incrementándose después de la menopausia.

1. Tumores benignos de naturaleza no proliferativa: quistes mamarios, galactocele, ectasia dúctal, hiperplasia simple, procesos infecciosos (mastitis), enfermedad de Mondor.

2. Tumores benignos de naturaleza proliferativa: fibroadenoma, adenosis esclerosante, hiperplasia atípica epitelial moderada y florida, papiloma único o múltiple, tumor Phylloides.

Lesiones malignas de la glándula mamaria. En términos generales tienen un comportamiento muy variable y su evolución puede ser anárquica dificultando la predicción de su comportamiento, la etiología de los tumores malignos es multifactorial, aunque una característica común es su hormono-dependencia, particularmente de estrógenos y progesterona.

SIGNOS CUTÁNEOS SOSPECHOSOS
Protrusión cutánea
Umbilicación y cambios de dirección del pezón
Retracción de la piel
“Piel de naranja”
Hiperemia o hipertermia local
Ulceración cutánea
Secreción por el pezón
Aumento de la red venosa superficial

Los tumores mamarios manifiestan signos y síntomas, por lo que al momento de la exploración física de las mamas, el medico o enfermera deben estar atentos para realizar un diagnóstico presuntivo confiable. A continuación se enlistan algunos de los signos sospechosos para cáncer mamario. La palpación de las glándulas mamarias se realiza con la intención de detectar tumoraciones mamarias y poder establecer un diagnostico presuncional basado en las características clínicas de la lesión encontrada, sin olvidar que el diagnóstico definitivo es mediante el estudio histopatológico.

Factores de riesgo:

Mujer mayor de 40 años.
Historia personal o familiar de cáncer de mama.
Antecedentes de patología mamaria benigna (proceso proliferativo, hiperplasia atípica).
Nuligesta.
Primer embarazo a término después de los 30 años de edad.
No haber amamantado.
Vida menstrual de más de 40 años (menarca antes de los 12 años y menopausia después de los 52 años).
Uso de terapia hormonal de reemplazo por más de 5 años.
Obesidad o sobrepeso.
Consumo excesivo de alcohol.
Sedentarismo.

La promoción de conductas favorables comprende el autocuidado de la salud, entendido como la atención, ocupación, interés y protección a cargo de una misma, para potenciar la propia salud, dirigido tanto al aspecto físico como emocional y al de la vida de relación.

Los prestadores de servicios de salud deben orientar a las mujeres para que adopten una cultura de autocuidado mediante acciones específicas como son:
  • Realizar las tres acciones de detección oportuna.
  • Sensibilizar a la mujer acerca de:
- Mantener su peso ideal, disminuir el consumo de grasas de origen animal e incrementar el consumo de frutas y verduras.
- Reducir el consumo de alcohol.
- Hacer ejercicio físico.

TECNICA DE EXPLORACIÓN CLÍNICA
DE LAS MAMAS

Debe ser realizada anualmente a toda mujer mayor de 25 años por personal capacitado. Durante la exploración, es conveniente ir explicando a la mujer como debe explorarse ella misma. Al finalizar deberá verificar si ha comprendido la técnica de la autoexploración.

Recomendaciones para la realización de la exploración clínica:
1. Consentimiento de la paciente.
2. No es necesaria la tricotomia de la axila.
3. Puede acudir con aplicación de talcos, desodorantes, aceites en mamas y en
región axilar.
4. Puede acudir en cualquier día del ciclo menstrual.
5. Debe considerar los signos y síntomas del periodo pre y transmenstrual (a la
mujer menopausica se le realiza en cualquier día del mes).
6. Debe realizarse en el consultorio en presencia de la enfermera.
7. Puede acudir en periodo gestacional y de lactancia.
8. La exploración clínica debe realizarse sin guantes, ya que al utilizarlos se
pierde sensibilidad.
9. Si la piel esta húmeda (sudor) puede usar talco.

La exploración clínica se efectúa en dos tiempos: inspección y palpación.

La inspecciónSe realiza con la vista y se divide en estática y dinámica, se efectúa con la paciente sentada con el tórax y brazos descubiertos bajo una adecuada iluminación.

Inspección estática: Con las extremidades superiores colgantes a lo largo del tronco en una posición de relajación el clínico frente a la mujer, observa datos referentes a la forma, volumen, simetría, bultos, hundimientos o cambios de coloración de la piel que orienten a la sospecha de una lesión mamaria.

Signos clínicos que pueden encontrase en la inspección:Umbilicación y cambios de dirección del pezón: Esto puede ser dado por padpadecimientos inflamatorios o infecciosos del pezón como la galactoforítis, en algunas ocasiones mantiene esta orientación desde el inicio del desarrollo de la glándula mamaria, cabe mencionar que si no existen estos antecedentes se debe sospechar de patología mamaria maligna. 

Retracción de la piel: Es un signo cutáneo que indica alteración fibroblástica subyacente, éste, es habitual de los carcinomas cercanos a la piel pero también puede encontrarse secundario a traumatismos (necrosis grasa).

Cambios de coloración de la piel: Piel de naranja, conocida también como piel de cochino, característico de tumores que invaden piel como en el tumor de tipo inflamatorio donde ocurre infiltración a vasos linfáticos subdérmicos. Existen cambios de coloración que son debidos a procesos inflamatorios e infecciosos agudos como abscesos, mastitis, ectasia ductal y galactocele infectado.


Salida de secreción por el pezón: Puede existir salida de secreción en forma espontánea, se consideran normales cuando es calostro o leche y anormales como las de aspecto seroso, serohemático o hemorrágico.

Exploración mamaria

1. Debe realizarse en forma suave, digital y metódicamente dirigida. 

2. El explorador debe dividir la mama mentalmente en cuatro cuadrantes trazando dos líneas: una longitudinal y otra transversal que pasen por el pezón. 

3. La paciente en posición de decúbito dorsal con tórax descubierto, se coloca una almohada o toalla en el dorso de la paciente para una mejor exposición de los elementos anatómicos de la mama. 

4. Los cuadrantes externos se deben explorar con la mano de la paciente sobre el abdomen, se inicia con el cuadrante inferior externo siguiendo una serie de líneas que pueden ser: 38
• Paralelas: De la clavícula al surco submamario, en dirección céfalo-caudal.


• Radiadas: Del borde del hemisferio mamario hasta el pezón.

• Circulares: Desde el pezón hasta los bordes mamarios. 






5. Los cuadrantes Internos se exploran con la misma técnica pero con los músculos pectorales contraídos lo cual se logra al elevar el brazo de la paciente formando un ángulo recto con el cuerpo. 

6. La exploración del pezón debe realizarse cuidadosamente con la intención de diferenciar el tejido normal con induraciones como los papilomas intraductales difíciles de identificar en el examen clínico.
7. Al final de la exploración debe realizarse presión sobre la mama hacia el pezón, en forma suave con la intención de detectar secreciones anormales, de las cuales se le solicitará estudio citológico.


Técnica de autoexploracion.

No existe una técnica especial que sea mejor que otras. Cada mujer deberá buscar la forma que considere más fácil para realizar esta exploración.
Lo importante es realizar esta autoexploración todos los meses y de forma similar.
Si conviene insistir en ciertos aspectos importantes para realizar una autoexploración correcta:

1. Hacerla justo al finalizar la menstruación. En caso de mujeres menopáusicas, asociarla a algún día del mes.

2. Con tranquilidad, sin prisas.

3. Haciéndolo siempre de la misma forma, buscando el momento y situación que a cada mujer le resulte más cómoda y fácil de recordar.


A algunas mujeres les resultará más fácil efectuar dicha exploración en el momento de la ducha diaria, realizando la inspección de las mamas ante el espejo del cuarto de baño y luego haciendo la palpación del pecho durante la ducha.

No hay inconveniente en emplear este momento siempre y cuando la palpación de los pechos se haga con el detenimiento necesario y siguiendo el mismo orden de exploración.

A otras mujeres, en cambio, les puede resultar más fácil asociar dicha exploración al momento de acostarse, de forma que pueden observar las mamas ante el espejo al desvestirse y luego realizar la palpación cuando estén tumbados cómodamente en la cama.


PASO 1

Sitúese de pie frente a un espejo, con los brazos caídos a ambos lados del cuerpo. Es importante la existencia de una luz adecuada que evite la producción de sombras intensas.

Observe sus mamas, su simetría, el aspecto de la piel, etc. Vaya girándose mientras sigue observando sus mamas de perfil.

Intente buscar zonas de enrojecimiento, resaltes o bultos así como hundimientos u hoyuelos. Fíjese en el aspecto de la piel y compruebe que no le recuerde a la piel de naranja.

Finalmente, ponga su atención en las areolas y los pezones, comprobando que no aparezcan retracciones o hundimientos de los mismos.

PASO 2

Siga frente al espejo y repita todo lo anterior  pero elevando los brazos. En esta posición obsérvese primero de frente y luego girándose hacia uno y otro lado, para comprobar que al elevar los brazos, las dos mamas se han elevado simétricamente y presentan un contorno circular y regular sin que aparezcan hundimientos o resaltes en la piel de las mamas o en los pezones.




PASO 3   
 
A continuación comience la palpación de sus mamas. Puede hacerlo bien durante la ducha con la piel enjabonada o tumbada en la cama.

Utilice para explorarse siempre la mano contraria a la del pecho que va a palpar. Así, por ejemplo, para explorar la mama derecha deberá utilizar la yema de los tres dedos medios de la mano izquierda.

Intente seguir siempre un mismo orden en su palpación, sin ir dando saltos de una zona a otra. Para ello puede utilizar cualquiera de los tres sistemas de rastreo de la mama que representamos esquemáticamente a continuación en donde se representa con flechas la dirección que deben seguir sus dedos en la exploración.

Conviene ser especialmente cuidadosa con la exploración del llamado cuadrante supero-externo de la mama, que es la parte de la mama más próxima a la axila, ya que esta zona es donde se detectan más de la mitad de los cánceres de mama.
PASO 4


Finalmente, tome el pezón entre los dedos índice y pulgar y presione para comprobar si sale líquido. En caso de que note salir líquido por el pezón, recuerde el aspecto que tenía (transparente, lechoso, o con sangre) para poder decírselo a su ginecólogo.  





PASO 5

Una vez finalizada la exploración de la mama, baje el brazo y efectúe la palpación de la axila, para intentar descubrir la existencia de nódulos o bultos en esta zona.









PASO 6

Repita ahora la exploración en la otra mama, utilizando la mano contraria. No se extrañe si en las primeras exploraciones tiene la sensación de “notar bultos por todas partes”. Esta sensación es muy frecuente y desconcierta a muchas muyeres, se debe a que en condiciones normales, la glándula mamaria suele tener una consistencia nodular que recuerda a un racimo de uvas.

Este miedo o extrañeza se irá perdiendo con las sucesivas autoexploraciones al ir comprobando que sus mamas siempre presentan el mismo aspecto y consistencia.

La importancia de la autoexploración estriba en detectar cambios en las mamas con respecto a meses anteriores.

fuentes: www.la1260.com ; manual de explorción clínica de las mamas (secretaría de la salud. Mexico)

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